top of page

Acerca de

Psychologist Session

El cambio verdadero se logra cuando me convierto realmente en lo que soy.

- Fritz Perls

MI
HISTORIA

Cuernavaca, Morelos.

En el año 2001 sufrí mi primer ataque de pánico, por supuesto que no tenía idea de lo que me estaba sucediendo, recuerdo que estaba muy asustada y pensaba que seguramente tendría alguna enfermedad que me llevaría a la muerte.

Un año más tarde, sucedió nuevamente; estaba tomando un medicamento y en esta ocasión estuve en manos de dos diferentes médicos, uno de ellos cardiólogo pero el diagnóstico fue “reacción al medicamento”, así que la enfermedad real seguía oculta aunque poco a poco los síntomas visibles se hacían más frecuentes y yo, de alguna manera, empecé a aprender a vivir con ellos. Me decía que se debía a mi divorcio, a tener que sacar sola a mis hijos adelante, al cambio de lugar de residencia y tenía el anhelo de que desaparecieran mágicamente.

En noche buena del año 2005, cenando tranquilamente con mis padres y mis hijos, ocurrió de nuevo, solo que esta vez fue con tal intensidad que sentía que iba a morir. Mis padres asustados, me llevaron a la sala de urgencias de un hospital privado en donde me diagnosticaron “infarto” y no me permitieron regresar a casa hasta que llegara el cardiólogo, pero como era navidad, este nunca llegó. Al día siguiente mi cuñada llegó con un cardiólogo que me hizo realizar nuevos estudios y confirmó el diagnóstico.

Tomamos la decisión de trasladarme a “un mejor hospital” así que en ambulancia de terapia intensiva, fui trasladada. Allí permanecí otro día internada en terapia intensiva. Aquí la situación fue más grave, ya no solo necesitaba una operación a corazón abierto sino que además querían drenarme un pulmón por un “enfisema pulmonar” y querían operarme también la vesícula. El diagnóstico de los médicos era “reservado”.

Yo no estaba enterada de todo lo que los médicos habían dicho a mi padre y hermano pero sentía que si permanecía en ese lugar, en verdad mi vida corría peligro así que mi padre y yo estuvimos de acuerdo en abandonar el hospital a pesar de la negativa de los médicos y ponerme en un lugar seguro, es decir, lejos de ellos.

Lo único que se me ocurrió en ese momento fue llamar a mi ginecólogo en México y acudir a él con nuevos estudios que mandó hacerme. Todos los exámenes salieron bien, yo estaba perfectamente sana. Incluso se puso en contacto con el jefe de terapia intensiva del hospital de cardiología en México y este confirmó después de conocer el resultado de mis estudios que mi corazón estaba perfectamente y que las probabilidades de que yo sufriera un infarto eran nulas.

Después de esta pesadilla, volví a casa, asustada por todo lo que había sucedido y me pregunté: "Si todos mis estudios son normales y físicamente estoy bien… ¿Qué es lo que tuve? ¡No me pude haber inventado todo lo que sentí!¡Eso fue real!"... y ahí empezó una nueva aventura… descubrir que era lo que en realidad tenía.

Una maestra del instituto en el que realizaba la especialidad en enfoque centrado en la persona, me habló de los “ataque de pánico” y una amiga que trabaja en una clínica de adicciones me recomendó a una psiquiatra, así que la visité y después de enviarme al neurólogo para realizar nuevos estudios me diagnosticó la enfermedad psicopatológica de trastorno de ansiedad con ataques de pánico aunado a una cefalea en trueno (thunderclap headache).

Durante tres meses aproximadamente estuve tomando ansiolíticos y antidepresivos y aunque estos los tomaba en la dosis más reducida, me tenían durmiendo día y noche, mis reflejos eran malos, si manejaba iba cabeceando, entre otras cosas. ¡Esto no era para mi!Yo necesitaba seguir funcionando en la vida. ¡Habían dos pequeños que dependían de mi! Así que visité a un médico acupunturista y naturista en México y cambié los ansiolíticos y antidepresivos por Flores de Bach y homeopatía.

Un año más tarde decidí soltar también “la muleta” de la homeopatía y las flores de Bach, lo que ha sido un gran logro en este camino de sanación.

Años más tarde tuve una recaída solo que esta vez la cefalea en trueno fue mucho más agresiva. Al pasar el dolor simplemente no podía incorporarme. Mientras permaneciera sentada o recostada podía seguir haciendo cosas pero al tratar de incorporarme y caminar, simplemente me desvanecía. Acudí al neurólogo y después de realizarme una tomografía y un electroencefalograma tuve que medicarme con vaso dilatadores para evitar una embolia (en el mejor de los casos) y neuro estabilizadores. Afortunadamente el temor de que pudiera haber un tumor cerebral fue descartado.

Después de tantos años, de tantas experiencias, de buenos y malos momentos, de recaer y volverme a levantar he logrado entender muchas cosas. He descubierto mis propios recursos internos así como recursos externos que me han ayudado a ir sanando mi mente, mis emociones y por añadidura… también mi cuerpo por lo que ahora entiendo aquello de “Mente sana en cuerpo sano” … sólo que yo prefiero decirlo a la inversa… “cuerpo sano… en mente sana”

Estos años de vivencias, experimentación personal e investigación en torno al trastorno me han hecho llegar a la conclusión de que la verdadera sanación para dejar atrás este mal es: DE ADENTRO HACIA AFUERA.

Hoy tengo la necesidad y las ganas de ayudar a aquellas personas que como yo sufren de este trastorno emocional, invitándolos a confiar en que se pueden curar, a explorar que se los produce, a encontrar sus propios recursos de sanación, a tener una nueva vida; la vida que quieran vivir! y a que quizá puedan como yo aprender a verlo como un mecanismo de defensa, un llamado de atención de la parte sabia del organismo que nos dice que así como estamos viviendo nos estamos enfermando, que tenemos que hacer cambios, que tenemos que aprender a vivir de una manera diferente y que a mí en lo personal me ha ayudado a descubrir una forma de vida más consciente, más plena, más feliz y más sana.

​

Erika Strecke

¡El mejor ansiolítico está dentro de ti!

bottom of page